En los últimos años el sector inmobiliario ha cambiado de forma radical, actualmente encontramos un perfil de Promotor-Inversor financiero muy acusado y los proyectos han pasado a tener unas mayores exigencias de calidad. El cliente final ya no se conforma con cualquier respuesta, sino que es él quién solicita la propia información y requiere tener acceso a la misma.
Estamos en una coyuntura donde “toca competir”, la tecnología ha llevado de manera casi obligatoria a un cambio, donde la transparencia inmobiliaria es el atributo imprescindible.
La tecnología se convierte en el principal canal de productos inmobiliarios
Actualmente existe la necesidad de seguir apostando por una mayor transparencia y seguridad jurídica, de lo contrario los riesgos para el desarrollo urbanístico serían evidentes, desincentivando algunas operaciones de compra de suelo. Cada vez vamos a relacionar más la tecnología Blockchain con el sector inmobiliario.
Internet se ha convertido en el primer canal de exposición de productos inmobiliarios, tanto para la compra como para el alquiler de viviendas, y aunque el sector inmobiliario no se haya visto tan afectado como otros sectores, la evolución hacia la venta online exige una rápida adaptación del mercado, donde es fundamental la profesionalización y generación de valor en los clientes.
El “Big data”, elemento clave en esta revolución tecnológica, supone una gran avance dentro de muchas empresas, comprendiendo un gran volumen de datos generados principalmente de la actividad online.
Estos datos son determinantes en la digitalización del sector, existiendo grandes empresas tecnológicas que se dedican a estudiar estos casos para aportar más transparencia al mercado, con la intención de beneficiar a todas las partes.
El estudio de estos datos permite conocer a tiempo real la situación del mercado, y adelantarse a los síntomas de una posible burbuja, lo que ayuda a promotores e inversores a evitar posibles riesgos.
Pero gestionar estos datos sin sentido no sirve de nada, por lo que disponer de una herramienta que recopile desde el origen del proyecto toda la información que afecta al plan de negocio o plan de viabilidad, permitirá un conocimiento total del estado del proyecto y ayudará a mejorar la toma de decisiones y maximizar la rentabilidad de las inversiones.
De esta manera, las nuevas tecnologías han aportado tres grandes avances al sector: facilitar los procesos, aportar transparencia inmobiliaria y simplificar las tareas de todos sus actores -promotores, inversores, gestores o entidades públicas-; otorgando un nuevo enfoque en su gestión y logrando la máxima eficacia, rentabilidad y transparencia.